domingo, 22 de septiembre de 2013

A cronique du sentinel 2 parte

Segunda y última parte del relato. Junto las últimas entregas en este solo artículo Disfruten el final de la historia y espero comentarios para pasarle a mi amigo Ijaaiva.
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Mientras reposaba en la orilla, terminando de sacar el agua de mi piel antes de entrar en mi uniforme, el ánimo de los humanos parecía no mejorar, perder a un compañero siempre causa tristeza, pero para mí raza si un explorador o un guerrero murió cumpliendo con su deber es motivo de alegría, se le da un funeral, poniendo su hinkirith o su “barthar” (una lanza tribal usada por mi tribu asignada a un explorador o guerrero) en un espacio especial dentro de su pueblo. Realmente no es que en mi planeta tenga muchas superficies sólidas, así que hemos usado y colonizado nuestras lunas (las cuales también contienen grandes cantidades de agua) para los asentamientos de nuestras tribus.

Una vez terminado el descanso empezamos una búsqueda mucho más rápida, la urgencia de la seguridad y la vida de sus camaradas motivo a los humanos. Cuando les comente de las plantas carnívoras y se cuerpos vivientes gigantescos merodeando en el planeta su pesimismo pareció cambiar a un sentido del deber.

El capitán me entrego el cinturón de campaña de Zaitsev, el cual contenía una foto, un pequeño paquete de un material (conociéndolo posiblemente explosivo probablemente ilegal) y su cuchillo de campaña. Realmente nada útil teniendo en cuenta que la mayoría de su armamento aún está en la nave o lo que ha quedado de ella.

No pasaron muchos ciclos antes de encontrar incrustado en el coral otro de los cuartos de escape, se alcanzaba a notar un manchón de sangre en la puerta del mismo, al parecer perdió el impulso y cayo zancas arriba, lo primero que hicimos fue intentarlo sacar del arrecife, no pensé que esta clase de mecanismos fuese tan pesado o quizá el coral estaba intentando retenerlo en el suelo, después de varios intentos lo desatascamos de la masa rocosa.

Nerch verifico que estuviese funcionando bien y bajo la orden del capitán abrió el cuarto. En una posición bastante incómoda para dormir el sueño helado o a mi parecer, se encontraba la cabeza de “Darabin” inclinada completamente hacia su izquierda sobre un charco (de su sangre), su torso en cierta forma diagonal que no es normal en un humano; pero seguía adormilado, pese a que ya no estaba frio, sus signos vitales al parecer en orden, completamente inútil en una misión de supervivencia, como todo buen diplomático.

Su traductor universal, algunas provisiones y tela de camuflar resultaran muy útiles para el desarrollo de nuestra campaña, aún nos queda energía para continuar otro par de ciclos, los humanos lucen cansados, creo que le es difícil respirar en esta clase de ambiente. Hilly tomo su cinturón y el de Darabin, improviso una especie de mochila y se echó a este último a sus espaldas.

Aquella maniobra me resultaría complicada, en mi planeta lo ataríamos a la parte anterior de nuestro torso rogando a la marea para que fuese favorable, llevarla a mi parte posterior seria lo complicado, me tocaría mover mis orejas de tal forma que no lo lastimase al caminar o moverme en general, y que a su vez su movimiento o su respuesta no taparan mis branquias, las cuales se encuentran debajo de mis largas y delgadas orejas.

Las señales en el radar daban a una ubicación cercana, ya estábamos exhaustos, lejos de la nave, el sentido del tiempo se hubiera perdido, fue por uno de los aparatos de análisis de Darabin que concluimos que llevábamos mas de un ciclo-día. La misión y la idea de ser rescatados prontamente solo podrían ser catalogadas como fallidas.

A la lejanía se veía prominente sobre el nivel de agua el cuarto de escape, acelerando la marcha llegamos sin mayor complicación, el sistema de frio hace rato desactivado y su tapa abierta. La desesperación fue evidente, cerca se encontraba una gran cuenca de agua, algunos de sus pertenencias regadas entre el cuarto y la entrada al agua. Me recordó a los “Nederer” los humanos tienen una especie en su planeta con hábitos y forma parecidas, la llaman “pulhpo” o algo similar, exceptuando, que los que yo conozco son gigantescos, tanto como para que una de sus extremidades agarren una nave espacial y la destrocen con sus poderosas y dentadas ventosas.

Para empeorar el ambiente, la placa de la federación científica, de la junta general de Xeno-biología de la marina; reparar su pantalla rota no era necesario para deducir que “Vinci” se encontraba en aquella cabina y que probablemente ha corrido con una suerte esperemos no tan mala como la de Zaitsev.

Mientras los humanos hacían una ronda, emprendiendo su búsqueda, esperando un rayo de esperanza, me
estaba preparando para volver a entrar al agua, la idea no me disgustaba, mis zancas flaquearon, mis orejas dolieron como si las jalasen desde la base, mi cabeza ardió y mi pecho empezó a hacer contracciones espontaneas.

Cuando recobre mi sentido de ser, yacía tendido sobre la tenue capa de agua que cubría el arrecife coralino, a mi lado el inútil de Darabin, Hilly montando guardia (al parecer) mientras Nerch y el capitán Alviss descansaban, intente levantarme, pero mi falta de fuerza y la gravedad del planeta me llevaban precipitadamente, cayendo sobre la parte izquierda de mi cuerpo.

Pareciera una de esas imágenes holográficas o el calor de mi cabeza aumentando causando que viese algo que no está realmente ahí. Del agua emergió el cuerpo de Vinci, solo llevando una máscara para respirar bajo el agua, un cuarto frio portable en su extremidad derecha, una cobertura de alguna especie de lodo sobre algunas partes de su cuerpo y su cinturón con sus elementos de trabajo.

Cuando reaccione mis orejas dolían y me encontraba recostado con mi pecho sobre la base rocosa, Vinci pareció sorprenderse –De las pocas especies de las cuales he podido tomar muestra en este planeta, la infección que llego hasta tus branquias, al parecer por tus vías respiratorias, ha sido sin duda uno de los organismos más fascinantes que he analizado— en esta misión le fui de ayuda a alguien ¡Ja! Y eso casi me mata.

Al despertar la sensación de náuseas y el movimiento agreste que sacudía mi cuerpo eran insoportables, me encontraba a la espalda de Hilly, intente no mirar a mis camaradas, tal situación resultaba vergonzosa, yo debería estar de pie, trotando al ritmo de la compañía, pero el dolor en mi pecho y en mis orejas daba evidencia de lo débil que me encontraba en el momento.

Una de las cosas que tengo en común con Nerch es: los dos poseemos un gran sentido de la orientación, de pronto porque él es mecánico y está acostumbrado a la navegación espacial, de mi parte bueno, mi planeta tiene grandes corrientes de agua y varios centros de gravedad incluyendo nuestras lunas, creo que nuestra especie es reconocida como buenos navegantes debido a esto.

La navegación espacial es mucho más fácil cuando no hay grandes astros y puedes guiarte fácilmente tomando algunas grandes estrellas como punto de referencia, creo que antes de partir nuestro mecánico planeo recorrer algunos de los puntos de impacto antes de tomar un regreso a la nave.

Debíamos revisar una cabina más la cual estaba en nuestro trayecto devuelta a la nave, el radar podía dar por cierto mis suposiciones, medio adormilado sentí como Vinci punzo mi piel en varias ocasiones, mi cabeza ya no dolía tanto, pero no me sentía bien del todo y aún tenía dificultades para respirar, uno de los chamanes de mi tribu ya me hubiese curado y estaría listo para tomar mi posición en mi grupo, pero una enfermedad “alienígena” puede ser mucho más difícil o contagiosa, realmente no se mucho de ello y prefiero dejarlo a nuestro experto.

Hilly me deposito en el piso, mientras el ánimo del grupo seguía empeorando, vi como dejaban la puerta del cuarto en el piso, sangre congelada era evidente en los vidrios de seguridad, Vinci revisaba el cuerpo de nuestro juez de campo, el cual aún se encontraba en el sueño helado, Nerch me comento luego que al parecer su vibro-cuchillo salo de su cuenca y termino en su pecho desgarrando todo su pecho. “Que malos flujos han dado con tu presa” suele decir mi gente cuando algo no sale bien, bueno, tendría más sentido si pudiera traducirlo de una forma no tan superficial, a los humanos a veces les hacen falta “agallas”, entienden.

“Lurec”, nuestro juez de campo, solía ser bastante precavido con lo que decía y hacia, tal destino pareciera insólito, pero su cuerpo aun helado y serio permanecía inmóvil en el cuarto helado. El jupiteriano decidió que sería mejor llegar a la nave, recoger algunas provisiones y luego volver, aún tenemos como objetivo hallar a nuestros camaradas y solo hacía falta uno, nuestro mecánico.

La cara inmóvil, amarillenta e inexpresiva del venusino al momento de nuestra llegada no dejo duda de que estuvo “mirando a su presa irse por la corriente”, su reporte al capitán fueron muchas expresiones, de esas que los que saben algo de las máquinas y las IA solamente sabrían descifrar, dejándome Hilly en uno de los cuartos del transporte.

Lo siguiente que supe, cuando entro a la habitación Vinci, en sus ropajes blancos y algunos de esos extraños aparatos que si se usasen como un arma daría como resultado algo más jocoso que honorable. Raspo, punzo, araño, mordió e inserto con varios de sus instrumentos mis largas orejas, resultando en situaciones realmente incomodas, sé que de alguna forma lo está disfrutando, esta clase de humanos parecen aquellos cazadores que cazan por cazar, matan por matar y cometen tiranía por placer. Vi como depósito algo verdoso oscuro en un frasco y todo tuvo sentido, pareciera parte de aquella planta que intento atacarme.

Desperté sintiéndome mejor, mi hinkirith al lado de mi sitio de reposo, una broma de mal gusto supongo, por parte de Darabin, supuse. En nuestra cultura tal muestra es señal de que has dado por muerto un compañero. Me levante, teniendo aun la mayor parte de mi uniforme puesto, revise mis zancas, mis remos, y mis orejas; la parte interior entre mis ventosas y mis branquias las cuales son de una tonalidad azul se encontraban rojizas y con cicatrices verdes respectivamente.

Me levante con ánimos, tome mi arma, aliste mi uniforme y me reporte al puente de mando. Al ingresar sentí la mirada fría y meticulosa del venusino, el cual se encontraba frente a uno de esos aparatos, aun no entiendo como algo con uso de razón puede hablar con una IA y posiblemente alguien me respondería (en especial el venusino) que tales maquinas si poseen el uso de la razón, pero sé que no es lo mismo.

Nuestra charla fue breve y monótona, solo me advirtió de que la compañía acababa de salir, sintiéndome renovado corrí por las planicies coralinas, recordando los posicionamientos en el radar e intentando guiarme de memoria por la posición de las estrellas, aunque este planeta no tiene un sol su clima suele ser caluroso sin ser sofocante, su cubierta verdosa seria de un color diferente en el ocaso o en lo que fuera una expresión nocturna.

No tarde mucho en ver el gran cuerpo de Hilly a la lejanía, para ser el más grande, de los humanos, uno esperaría un noble y enfocado guerrero; pero a este último le gusta jugar, pelearse con sus compañeros, bromear y en general ser un perezoso, tal vez más que Darabin. Esa idea pareció equivocada, pensé mientras disminuía el paso, y me unía al grupo; acaso, ¿no fue Hilly quien cargo mi hinkirith todo el camino? ¿Sabía que es importante para mí?

La compañía no se había detenido por mi llegada, se detuvo por la imagen de una de las habitaciones heladas con su frente roto, cubierto por sangre de una tonalidad azul, creo que pensaron que era la sangre congelada de nuestro mecánico “Ucder”, --tranquilizaos, todos—dije mientras me dirigía al aparato –esta es la mía—

Hilly me golpeo en mi remo derecho –si alguien ha de hacer una broma así de pesada y de mal gusto ese seré yo, ¿entendido? “pascuas”— ellos rieron, no me importa realmente si es una burla directa a mí ser, siempre que el ánimo del grupo se vea restaurado, los humanos suelen ser más laxos al respecto.

Ya habiéndome reunido con ellos Nerch pregunto sobre mi escape del cuarto helado, fue muy simple realmente, un disparo, una pequeña maniobra y estaba afuera. Eso me recordó la frase donde el jupiteriano me había otorgado sin mi consentimiento la responsabilidad del grupo en caso de que ellos no hubieran sobrevivido la llegada al planeta.

Nerch siguió insistiendo, me pregunto de si sabía cómo abrir las capsulas y otras preguntas técnicas que realmente no sabía cómo responder. Note angustia y algo más en sus preguntas, supe algo no andaba bien e intente responderle, pero mis repuestas no satisfacían su intensidad, no es que se hubiera aburrido de hacerlas, solo que el cuarto faltante yacía chamuscado frente a nosotros, nadie en sueño helado en el interior.

Los impactos de plasma, evidentes en la roca incluso debajo de la pequeña tela de agua, marcas de quemadura en la mayoría del artefacto, la inexistencia del equipo y el daño en varios mecanismos de identificación; daban irrevocablemente a la idea de que no estábamos solos en el planeta, Ajhal no solo es un ingeniero multi-físico, también es un excelente tirador y guerrero sin el uso necesario del armamento.

Nerch aun pensativo daba vueltas alrededor del cuarto, algo pasa por su mente, sabíamos que no estábamos solos, pero a diferencia de Lurec, nuestro juez de campo, ¿Por qué se llevaría con vida al mecánico? Si una raza con suficiente inteligencia para identificar un ingeniero, Marín tras del hecho, dejaba solo como opciones: un movimiento rebelde en el sector dos, la mafia de los asteroides del sector uno, o un grupo de desafortunados que también cayó en este inhóspito planeta y no optaron por la vía diplomática con nosotros.

Darabin intenta usar uno de sus aparatos y no lo logra, se supone que el venusino lo arreglo después de volver a la nave, alguna clase de detector de vida inteligente o algo por el estilo. Hilly y el capitán Alviss daban una pequeña ronda en busca de pistas. Vinci reviso mi infección de momento, Zaitsev sabría qué clase de arma era y donde conseguirla, sus principales fallas era llegar a los puestos de control con armas ilegales.

Las labores de reconocimiento dieron frutos al mostrar huellas estriadas no lejos de allí, esa clase de transporte había sido descontinuado siglos ya, según me informo Nerch, teníamos una pista y la seguimos, hasta que la pista termino en otro gran hundimiento, el agua oscura debería de parecer un lunar desde los cielos.

Sin necesidad de una orden empecé a alistarme a entrar en el agua, el jupiteriano pregunto mi estado al Xeno-biólogo antes de dar su aprobación para que yo ejecutara la misión, un mal pensamiento paso por mi mente antes de entrar al agua, “se valiente” me dije, “este es mi trabajo y la razón por la cual estoy en esta misión”.

Salte al agua y una picazón llego directamente a mis orejas, creo que debe de ser porque lo que sea estaba atacando mis músculos expuestos, las imágenes eran borrosas, la turbia y densa agua hacia difícil también el movimiento y la respiración, me acerque a la pared del arrecife evaluando las diferentes posibilidades antes de continuar.

Acá la luces de colores no se notaban de esa forma hermosa y brillante, en vez de eso solo se notaba el pequeño titilar de una sola masa rojiza, me propuse usar todas mis fuerzas para poder llegar hacia ella. Al llegar el fuerte sonido y el retumbar metálico no engañaron a mis oídos, aquella cosa era una máquina, incrustada en la pared del arrecife, subí e informe de mi hallazgo. Equiparon a Nerch para que pudiese acompañarme a revisar tal cosa, tendría que darme indicaciones con señas ya que él no podría hablar una vez estuviéramos bajo el agua y el mecanismo que de alguna forma le daría la oportunidad de poder comunicarse conmigo se encontraba inútil y obsoleto en posesión de nuestro diplomático. Aun así nos sumergimos.

Durante la inmersión tuve que jalar varias veces para guiar a Nerch hasta la compuerta, al llegar saco un aparato que empezó a calentar el agua circundante, el sonido producido por este era insoportable, a manera de chirrido mientras cortaba parte del coral, revelando una pequeña compuerta oxidada, la examinamos sin encontrar algún símbolo o pista que diera con la identidad de aquellos que ya estaban en el planeta.

El vibro-cuchillo y el aparato de Nerch hicieron crujir el metal, Nerch me señalo como si debiera yo de entrar primero, no vi tal problema, al tener el suficiente espacio se notó parte de la presión de la nave chupando el agua y me deje seguir por el flujo. Era evidente que se trataba de un mecanismo de alguna clase de estructura para deshacerse de residuos o el exceso de agua, llegando a otra compuerta la cual no opuso resistencia al experimentado piloto.

Esperaba un olor a descomposición o a metal oxidado, pero el olor a un cuarto oxigenado guardado es inconfundible. El cuarto estaba oxigenado y carente de agua, pero aunque sus sistemas pareciesen en funcionamiento se nota como hace ciclos no se ha usado. Buscamos algún mecanismo, la forma de la estructura era bastante humana.

Solo fue jalar una palanca antes que el estruendoso sonar de la puerta hiciera eco en el cuarto, abriéndose el olor a algas y plantas marinas ingreso a la habitación haciendo un punzante choque, agarre mi arma y salimos al pasillo, los cuartos etiquetas y los espacios abiertos iluminados confirmaban la huella de la humanidad, como si me recordara a manera de ironía que no soy humano y la nave se burlase de eso.

A partir de ahí fue más sencillo intentar de encontrar una salida, algunos de los transportes espaciales tienen varias salidas por cuestiones de seguridad, al intentar salir, oxido y coral habían sellado igualmente nuestro paso, pero el sonido de los aparatos era inaudible en un entorno carente de agua.

El asombro del equipo al ver como salíamos de la gruesa capa rocosa, cerca, donde se encontraban haciendo guardia era de esperarse. Tendríamos que separarnos dentro de la nave y para cubrir más terrero fue en dos grupos, uno dirigido por el capitán: Hilly, Vinci, y otro por el presente junto a Nerch, y Darabin.

Algunos de los espacios eran cuartos de las antiguas naves de exploración me explico Nerch, pareciera que debido a la antigüedad y lejanía nadie hubiere llegado a por ellos en rescate, puede que hubiesen sobrevivientes, y si esta nave se encontrase en buen estado podría significar una oportunidad de volver a emitir el reportes a la base de los marines en la órbita de Júpiter. Estábamos terminando de hacer el reconocimiento al lugar cuando los estruendos de los proyectiles de plata hicieron estruendo en el corredor.

Salimos raudos corriendo por el piso metálico mientras nuestros pasos hacían eco junto a los golpes secos que se notaban en la lejanía, la voz de Hilly estruendosa era inentendible, quizá hizo el sonido para que lo pudiésemos seguir.

Al entrar Hilly se hallaba del otro lado de la habitación son su rifle de plasma disparando, el capitán Alviss se sostenía con una mano un costado de su enorme pecho con una de sus manos mientras fluía sangre debajo de ellas, ¿Dónde está nuestro Xeno-biologo?, y el capitán en medio de su predicamento grito: “¡Sáquenlo de ahí en este momento!” siguiendo su voz de mando nos dimos cuenta de una especie de cuarto de escape, en el cual podíamos ver a Vinci encerrado, golpeando el vidrio de seguridad, no era difícil imaginar que estaba gritando del otro lado.

Lo peor de todo es que el aviso de seguridad de la expulsión de la cabina estaba encendido, Nerch intento detener el mecanismo mientas yo intente romper la puerta con mi arma, era inútil, esta clase de espacios fueron diseñados para inclusive soportar una explosión, y fue en fracciones de ciclos como vimos la compuerta interior del cuarto de expulsión abrirse, dejando entrar con toda su fuerza el agua, vimos como Vinci fue arrastrado por la fuerza hacia afuera de la nave. Con sus remos intento aferrarse a una de las paredes metálicas, lográndolo por un instante.

Vi en sus ojos la desesperación y el ánimo de seguir, con la esperanza de que Nerch pudiese abrir la puerta, la onda de expulsión saco parte del agua de aquella habitación mientras veíamos como Vinci salía despedido, hacia la gran y oscura masa de agua, note las manos de Nerch llenas de sangre mientras caía de rodillas frente al dispositivo de control, rompiendo en menos de un instante en llanto.

Ira lleno mi sangre, los responsables habrían de pagar por sus muertes, agarre mi arma sin dudarlo y salte al pasillo, sintiendo la mirada de advertencia de Hilly, no me importo, debía de estar preparado para la batalla, pero mis defensas y mi confusión aumento cuando vi como este gran arbusto de un cuerpo de hechura de alga flotaba en el pasillo mientras los proyectiles del pistolero solamente evitaban que avanzase.

Los proyectiles rebotaban en el como si un fuerte campo de fuerza las repeliera con facilidad, agarre más fuerte mi arma y pretendí cargar hacia esta lechuga oscura flotante. Y fueron más rápidos mis reflejos que mi sorpresa, esta cosa, de la nada hizo aparecer un gran cono de material ardiente como los mismos soles, alcance a esquivar entrando a la habitación mientras el calor hizo que mis zancas doliesen como nunca antes.

¡Cierrah la puherta! Dije, a lo que Hilly solamente respondió “¡atascada!”, Darabin debió haber sacado de su trance a Nerch, ya que los dos se encontraban arrastrando la gran masa del jupiteriano fuera del lugar, ¡Que hacer ahora!, respondí, ¡retirada! Respondió, dio un paso hacia atrás dando la alerta y al salir del perímetro de la puerta esta se cerró.

No había dicho que se encontraba atascada, eso fue inusual, corrí hacia el capitán mientras el pistolero hacia una maniobra de cubrimiento mientras caminaba hacia atrás, necesitábamos encontrar la cabina de mando y pronto. Al intentar alcanzarlos solo pude seguir el rastro del olor a sangre, la de los jupiterianos suele tener un olor más denso, creo que se debe a su forma, baje unas escaleras y corrí por un gran corredor metálico, los sonidos de Hilly seguían detrás mío, y a la lejanía lo que pareciera ser un punto de mando.

Recostado contra una de las paredes el capitán, sangrante y débil, recitaba de memoria algunos códigos de seguridad mientras el piloto intentaba darnos acceso a la cabina de mando, Hilly terminaba de bajar las escaleras cuando las luces rojas brillantes y parpadeantes se encendieron en el largo pasillo, vi como varias compuertas se abrían a los costados y una placa metálica separo el pasillo dejando del otro lado al pistolero.

La gran placa metálica debajo de nosotros cedió, de alguna forma Nerch se las arregló para quedar agarrado al sistema de entrada a la cabina de mando mientras el capitán, Darabin y yo caíamos. El jupiteriano al caer sonó como una gran roca, y una de las zancas del diplomático hizo un fuerte sonido de “crack” al caer.

Me dirigí al jupiteriano, notando varias cosas: apenas y estaba respirando, su hemorragia no se había detenido, el frio de su cuerpo en aumento y su pistola no se encontraba en su cinturón. Lo arrastraron, de pronto se salió, pero los protocolos de altos mandos le exigían cargar una correa aseguradora al respecto. Sonó un disparo más y Darabin cayó al suelo arrodillado agarrándose su remo izquierdo.

Quien haya disparado no es un buen pistolero o fallo a manera de prevención, agarre mi tridente y levante la mirada, la cara inmóvil e inexpresiva del venusino salió de la umbra, --debía asegurarme de algunas cosas— sus labios inexpresivos no daban pista alguna, me levante e intente embestirlo, él intento mantenerme siempre a rango de disparo.

En uno de sus disparos dio en mi zanca izquierda, intente rodar sobre mi cuerpo, pero una de sus zancas se puso sobre mi pecho y presiono mientras su arma (una “Caprit” la llamamos así ya que al parecer es la única capaz de penetrar materiales demasiado densos hacia ese sonido) apunto hacia mi pecho, donde mis órganos vitales yacen, su cara amarillenta y sus ojos inexpresivos fueron una imagen perturbadora mientras el “Paff” de la pistola sumergió en sangre mi pecho.

--Tomado de las declaraciones del cadete Ahrjarh—
--Juicio de la Suprema Corte de Centinelas Espaciales—
-- Caso: R/YHGBKLLPKN—
--Investigación del planeta denominado VAND-098—
--Investigación del reporte de misión del mencionado en el inciso anterior—
--Investigación y resultado de las muestras tomadas en el planeta antes denominado—

ANEXO:
--Número de personal asignado a la misión: 10—
--Numero de sobrevivientes 7—
--Tiempo estimado de la misión incluyendo transporte: 120 ciclo-días—

--Inspirado en GALAXY SENTINELS. Escrito por: IJAAIVA--

1 comentario:

  1. Hola acabamos de descubrir tu blog!comentarte que en Memorias de una lectora estamos de sorteo! el premio es un libro de fantasía épica "El heredero de los 6 reinos".Pásate y nos comentas!!muchos besos
    http://mdeunalectora.blogspot.com.es/

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