La
ciudad unificada de Bogota, es el 28 de Noviembre del año 2521, un
viento fuerte golpea contra los cristales trayendo los indicios de la
llegada del invierno, cuentan que antiguamente esta ciudad era fría
y lluviosa pero los efectos de un fenómeno llamado a principios del
siglo 21 como el calentamiento global trajo consigo un cambio de las
estaciones y una desviación en el eje de rotación de la tierra que
altero el clima, y por eso ahora en la ciudad se tienen estaciones,
desde la ventana del edifico principal en la zona histórica sobre el
llamado parque de los héroes, Andros Derken observa la fina lluvia
que anuncia la llegada de una nueva estación golpear casi que
imperceptiblemente los cristales, mientras una terminal computarizada
se encuentra en modo de espera con una luz roja parpadeante sobre su
pantalla. Andros sabe que el jefe lo esta haciendo esperar a
propósito, no hay nadie en la sala de espera más que él, pues es
una de las pocas personas que todavía requiere el contacto visual en
su trabajo ya que sobrevive del contacto humano y sus consecuencias,
Andros es un detective del OSRE o como se le llama en estas épocas
un Juez de Campo; el OSRE es en pocas palabras los jefes de todo y
quienes controlan todo, una suerte de policía galáctica con miras
de vigilancia, organización y expansión.
Andros sabe que la llamada
debe ser importante, pues fue sacado de su descanso y transportado
desde las playas de la luna europa de Jupiter, para ser reintegrado
automáticamente en su trabajo, mas todavía no sabe para que se le
llamo, solo sabe que lo tienen esperando; después de veinte minutos
más de espera, la pantalla cambia de color al verde y una voz
femenina de computadora se escucha
- Juez Andros el jefe Garcia lo espera. – Automaticamente unas puertas que emulan la madera se abren permitiendo el paso.
Andros
sigue y encuentra una oficina estándar de regulación, sin más
objetos que una pantalla gigante empotrada en la pared, unos
armarios de plexiglass transparentes con rejilla de identificación,
y dentro de este se ven algunos chips de información, un saco
colgado sobre un gancho en la pared y un escritorio que sirve también
como un puerto táctil de teclado y pantallas además de comunicador
holográfico, el cual actualmente se encuentra apagado. En medio de
todo se encuentra el Jefe Garcia, un hombre respetado y odiado en la
misma medida gracias a sus controversiales decisiones y su
pragmatismo excesivo a la hora de tomar decisiones, lo cual le ha
dado una gran fama y muchos enemigos, quienes prefieren el habitual
zalamero de quienes desean atender sobre la eficiencia del Jefe, él,
al ver entrar a Andross le hace un gesto con la cabeza invitándolo a
sentarse:
- Prefiero estar de pie señor- mira fijamente al jefe, un hombre de mediana edad, hasta ahora con sesenta años en la flor de su madurez, sin canas y con cuerpo que goza de un excelente estado físico, además de una mirada que siempre se muestra perceptiva.
- Creo que no fue una petición – después de un momento de silencio Andros cede y se sienta – bien, se preguntara porque vino acá.
- Pues, supongo que hay un caso para resolver señor.
- Eso es lógico – el Jefe frunce el seño al responder – ¿mas no desea saber qué tipo de caso es?, sinceramente no creo que sea tan buen Juez como para saberlo sin haber visto nada.
- Eso es cierto señor.
- Bien debo decirle que han asesinado a un Zen Chi.
Andros
abrió los ojos y con un ligero temblor en los labios pregunto -¿Así
que asesinaron a Bochica? El jefe lo miro fijamente antes de
responde:
-no
recuerdo haberle dicho quien fue asesinado, ¿acaso usted sabe algo
que yo no?
- No señor , solo que me parece la opción más obvia, pues están todas las terminales electrónicas apagadas, no tiene ningún personal en la oficina, ni esperándolo para una cita, además de que mi transporte me trajo a la ciudad unificada de Bogota, en vez de Buenos Aires que es nuestra sede principal y el lugar donde comúnmente me reporto, si a eso le añado que me saco de mis vacaciones debo suponer que es un caso extremadamente importante, si usted me dice que es un maestro Zen Chi…- se encogió de hombros – debo suponer que es el más importante, y en Iguaque queda el santuario donde está el maestro Bochica, líder de la revolución intelectual denominada el cambio de los ancestros.
- Veo que está bien informado – hizo un gesto parecido a media risa mientras decía esto - ahora dígame que sabe de Bochica.
- Como le mencione señor es líder de la revolución de los ancestros – Respondió de manera automática, luego con una corta pausa tomo aire antes de continuar - una corriente filosófica dentro de los Zen Chi, que dicen que no se deben olvidar los conocimientos legados en el pasado antes de las guerras del siglo XXI y XXIII, plantea que gran parte del conocimiento legado por los antiguos terrícolas era una fuente de sabiduría extrema, esto genero una revolución dentro de los adeptos quienes no habían buscado enseñanzas mas allá de las legadas por Moise Tsombe, y su doctrina de la voluntad, el hablo de una filosofía por encima de las legadas en artes marciales y se estableció en América por su amplia tradición cultural, buscando el único santuario con algún significado espiritual antiguo que se mantuviera sin modificar, se cree que su filosofía genero una amplia disidencia e inconformismo en algunos sectores, e incluso se refirió a una división entre los zen chi.
- Esta bien Juez, solo me queda decirle que apareció esta mañana muerto en su cama, no se encuentra herida de ningún tipo, ni tampoco rastros de pelea o que hubiera ingerido algún veneno, por esto necesitamos un Juez que haga las averiguaciones necesarias con prudencia, en ese orden de ideas entonces deberá entender que su misión es resolver este conflicto y explicarnos efectivamente que sucedió, para esto le daremos un pase total y le facilitaremos el transporte, esperare su informe.
Dicho
esto el Jefe García le hizo un gesto de despedida, Andros dio media
vuelta y salió de la oficina, fuera de esta encontró en la sala de
espera una nueva persona, un hombre joven de edad indeterminada
vestido de manera formal, bajo su saco se lograba ver con claridad un
arma guardada en una sobaquera, al ver salir a Andros se acerco a él
– Señor Andros, un placer yo soy Jaime Kang y seré, su medio de
transporte – el sonrío nervioso mientras esperaba que Andros le
devolviera el saludo. Andros lo miro un momento antes saludarlo, -
bien espero entonces sea prudente y podamos hacer esto rápido -
salió Andros del edificio seguido por Jaime, hacia la puerta de
salida en donde estaba esperándolos un vehículo de tierra.
- Ese será nuestro transporte señor Andros, tiene un nanochip del OSRE lo cual nos da entrada a todo lugar, y es tipo anfibio de protección 2, espero sea de su agrado, así que señor supongo que desea lo lleve a Iguaque…
- No, lléveme a la morgue pediremos una copia de la autopsia de Bochica.
Las
denominadas morgues siempre han sido un lugar lúgubre y aunque la
ingeniería robótica permitió un trabajo más limpio y cortes mas
exactos aun en esa época se hace necesario el factor humano, la
entrada de la misma consiste en dos puertas una puerta cuadrada con
un pequeño campo de limpieza y desintoxicación para los que
siguieran vivos, y en el otro lado se encontraba la puerta de los
muertos, esta era una puerta más grande en donde solo había un
detector de aparatos explosivos y un letrero en la parte superior con
el lema “todo el que ingrese aquí pierda toda esperanza” un lema
que pretendía ser gracioso, y por lo que se rumoraba había sido
sacado de un fragmento de un texto antiguo encontrado entre las
ruinas de una casa destrozada por las antiguas guerras, uno de los
textos recuperados por los historiadores durante los últimos siglos.
Dicho
lugar no era ni placentero o agradable, el frio de la muerte le
calaba en los huesos y Andros al igual que Jaime no eran una
excepción ante estas situaciones, el forense encargado los recibió
en su lugar de trabajo.
- Juez, permítame ayudarle con la interpretación del informe – le decía mientras le traspasaba los datos del mismo – En el informe se indica que Bochica se encontraba totalmente relajado al momento de su muerte, y que esta sucedió sin dolor alguno.
- Tiene alguna herida en el cuerpo Doctor…
- Davalos, soy el doctor Davalos, y no, no tiene ningún tipo de herida, por lo que se ve gozaba de un excelente estado físico y una salud inquebrantable, ¡si es que no me sorprendería si se parase y siguiera caminando!.
- Entonces que cree que fue lo que le paso doctor? – inquirió Andros.
- Pues si me atreviera a especular diría que acababa de estar con una mujer y sencillamente se le paro el corazón.
- ¿Cómo? – exclamo Jaime- si eso no tiene ningún sentido, Bochica era célibe.
- Lo sé – dijo algo incomodo- pero si mides el nivel de endorfinas que tenia era mayor al normal, su cuerpo a pesar de denotar un esfuerzo físico esta relajado, además de tener rastros propios de haber estado con una mujer, pero no encontramos ningún tipo de ADN diferente al de él.
Andros
continuo viendo el informe, detenidamente,
Doctor
Davalos dígame que fueron las hojas que vio en el cuerpo?
- Esas fueron hojas de frailejón, un árbol que abunda en esa zona y del cual ellos sacan una loción que ayuda a recuperar su cuerpo.
- Gracias por su ayuda Doctor si lo necesito nuevamente le llamare.
Al
salir un pálido sol les ayudo a calentar antes de montar ambos en el
móvil, este era un transporte cómodo y austero en el cual Andros
viajaba con comodidad, al salir de la zona de urbe Jaime coloco el
piloto automático y le dio la vuelta a la silla para encarar
directamente a quien llevaba
- Me tiene confundido Juez en todo el tiempo no ha preguntado por mí, ni el papel que desempeño, ¿no desea saber quien le acompaña?- Andros dejo de leer el archivo que tenía en la mano y miro fijamente a su acompañante
- La verdad estaba por preguntárselo Jaime, y por favor no me diga Juez llámeme Andros, pues en vista de que estamos en esta misión juntos sería bueno tratarnos con familiaridad – Sonrió ligeramente – ahora si puede decirme ¿Quién es?
- Si Jue... perdón Andros, yo soy el oficial Jaime Kang, Delegado de Primera clase – de manera automática saludo a la manera de los delegados – pertenezco al escuadrón de reconocimiento de la primera infantería de desembarco adscrita al OSRE, estoy formado en tácticas espaciales y combate cuerpo a cuerpo, al igual que a distancia, espero serle útil en sus requerimientos Andros.
- ¿Y cuál es la misión que le asignaron al acompañarme Jaime?
- Servirle de guardaespaldas y apoyo táctico.
- ¿Cómo mi niñero?
- Como su compañero Andros – Sonrió – no sirvo para cuidar niños, menos un Juez de campo.
- Eso me agrada Jaime – comento mientras devolvía la sonrisa – creo que el jefe Garcia nunca pensó que esto sucedería.
- Aun así me sentiría mal si algo pasara estando lejos, permítame conectar un intercomunicador entrelazado al mío a su placa neurolingüística para poder comunicarnos.
- Me parece que sería una gran ventaja que lo hiciera y una idiotez no permitírselo Jaime – Andros retiro su placa neurolingüística de u cuello y se lo paso al oficial Kang, quien comenzó a trabajar en ella.
Cuando
llegaron a Iguaque les sorprendió el gran despliegue de la
naturaleza en dicho lugar, la mística del chi se mezclaba con la
belleza del lugar confiriéndole cierta aura de misterio y
solemnidad. Su llegada no paso desapercibida y fueron recibidos por
un maestro, quien tenía su cabellera con algunas hebras plateadas lo
cual confundía, pues al examinar sus rasgos faciales podría
fácilmente adivinarse que era menor que Andros y Jaime, este joven
los guio hasta lo alto del templo en lo que fue una ardua caminata de
casi dos horas y media por un camino lodoso y carente de tecnología,
al llegar a su destino, una fina película de sudor cubría el
rostro de Andros quien a pesar del frio estaba sumamente acalorado y
contrastaba con Jaime quien había subido sin problema, dándole la
impresión que el viaje hubiera terminado más rápido para sus
acompañantes si él no hubiera estado presente, se sentó un momento
sobre una roca, y con la mano se quito el sudor perlado en su frente
antes de seguir con la misión.
El
templo de estos maestros zen chi, no era como los templos de los
antiguos monjes, estaba el lugar conformado por cabañas con techos
en pasto para resguardar el calor, y de algunas se observaban antena
satelitales que tímidamente apuntaban al cielo; en el centro se
encontraba una cabaña un poco más ancha que las demás con la
puerta abierta. El maestro chi que los había acompañado señalo
dicha cabaña – Es allí en donde está nuevo el maestro –
acompaño al detective y al teniente hasta la puerta de la cabaña,
en donde le hizo un aligera inclinación de cabeza antes de dejarlo
solo ante la entrada.
Entraron
a una cabaña en donde fueron recibidos por un Maestro de Cabello
rubio y ojos azules, portador de una mirada confiada y analítica –
sean bienvenidos en estos tiempos tumultuosos- dijo mientras abría
los brazos a manera de saludo – soy Pierre, pero en este lugar
citando los nombres de los ancestros me pueden llamar Leónidas, como
el héroe Espartano
- Un placer Leónidas, deseo preguntarle algunas cosas sobre Bochica y su repentina muerte.
- La muerte nunca es repentina o mejor dicho creemos que llega en el momento indicado – mientras decía esto despachaba algunos encargos con jóvenes iniciados.
- Aun así deseo hacerle varias preguntas en privado, por lo mismo le pediré a todos que se retiren- cuando termino de decir Andros estas palabras, Leonidas asintió y todos los que allí estaban salieron del lugar, saliendo por ultimo Jaime quien cerró la puerta una vez la cruzo.- bien Leonidas coménteme todo lo que pueda de su maestro, ¿tenía enemigos?, ¿hizo algo fuera de lo común ese día?, ¿comió en otro lugar o vario su dieta?, ¿peleo con alguien? – Leonidas sonrió y comenzó, a responder – Ningun enemigo cercano, No, no y por ultimo Bochica era un pacifista, pierde el tiempo si espera que alguien acá fuera capaz de enfrentarlo directamente.
- ¿Por qué lo dice?
- Bochica era un pacifista, muy amable y bastante querido en este y muchos otros templos, a pesar de su revolución intelectual nadie se le enfrento directamente pues eso sería caer en la total desgracia, aun ante sus detractores, y si esto no le importara a quien lo quisiera atacar debería prepararse para pelear contra uno de los mejores zen chi que han existido y saber que en cualquier lucha perdería.
- ¿Quién fue la última persona en verlo con vida?
- ¿Esa sería la hermana Chia?
- Chia como la Luna, es un nombre curioso pues no hace referencia a un ancestro como tal sino a una entidad.
- Veo que se ha informado Juez, pero debe entender que nosotros elegimos los nombres y el de Chia fue una forma de dar a entender que ella guiaría por el camino de oscuridad que están los iniciados a la luz de la iluminación y el camino que señalaba Bochica, ella siempre era la última en reunirse con él.
- Podemos ir ante ella- pregunto Andros esperando continuar con su investigación lo antes posible.
- Desde luego que si Juez solo que no espere mucha comunicación, ella estuvo muy enferma y parece que la muerte de su mentor la afecto demasiado – se encogió de hombros – ella fue la primera mujer zen chi que siguió sus enseñanzas- Leónidas se levanto y se dirigió ante la puerta – vamos ante Chia Juez Andros.
Andros
se levanto tras él con las piernas ligeramente entumidas por el
descanso después del prolongado ascenso al templo, movió las
piernas tratando de soltarlas un poco y siguió a Leónidas, quien
pacientemente espero a que este se estirara. Al abrir la puerta al
primero que vieron fue al Oficial Kang quien había montado guardia
contra esta, al ver salir a Andros no pregunto nada y comenzó a
seguirlo a una distancia de dos pasos.
Cuando
llegaron a la puerta de la cabaña donde descansaba la hermana Chia,
una mujer hablo bajo con Leónidas antes de permitir el paso, el
dialogo fue corto pero se noto acalorado y como resultado se
vislumbro algo de disgusto en aquella mujer quien les franqueo el
paso. El interior de la cabaña era bastante ordenado y alumbrado,
contra una pared bien iluminada estaba Chia quien tenía en su mano
un frasco bien tapado, que desprendía un olor suave y agradable, su
rostro estaba demacrado y macilento, al verla Leonidas paro un
segundo antes de arrodillarse junto a su cama – Chia, hermana, le
dijo con dulzura – debes ya levantarte, tú te puedes curar, y
estoy seguro que el hermano Bochica no querría esto – mientras le
hablaba, con gentileza retiraba el frasco de sus manos y lo guardaba
en su túnica.
Andros
vio la Cabaña, era limpia y austera, solo tenía alguna ropa,
comenzó a inspeccionar el lugar, encima de la ropa encontró un
pañuelo el cual tomo por una punta y sin que se fijaran guardándolo
en un bolsillo, luego volvió a mirar a Leónidas
- creo que será mejor que nos vayamos nada puedo hacer acá hasta que ella se recupere.
Leónidas
asintió y salió con él, en donde se les unió Jaime, una vez de
vuelta a la cabaña principal Leónidas hablo
- Lamento Juez que la visita fuera infructuosa, si desea puede pasar la noche acá y mañana podrá volver a la capital.
- Agradezco su hospitalidad y la tomare maestro Leónidas.
- Procuraremos que el lugar sea de agrado suyo y su acompañante.
El
lugar en donde Andros y Jaime pasarían la noche era cómodo, estaba
cálido, teniendo ambos suficiente espacio para cada uno, allí se
sentaron cada uno en su litera y fue Jaime quien rompió el silencio
– Andros ¿cree usted que el Maestro Bochica haya sido aesinado?
- no me cabe la menor duda de eso Jaime – dijo mientras mirando a Jaime a los ojos.
- si eso es así entonces ¿esta nuestra vida en peligro?
- La verdad lo dudo, el asesinato fue muy bien planeado y me temo que será difícil encontrar al asesino.
Mientras
decía esto el Oficial Kang se levanto de la litera y saco de su
bolsillo una pequeña caja plateada la cual comenzó a utilizar
apuntando hacia las paredes y camas.
- ¿Qué hace con esa caja?- pregunto Andros al verlo.
- Estoy buscando cámaras ocultas o micrófonos instalados en esta habitación- decía sin dejar de observar la información que la caja le transmitía -pueden estar escuchándonos.
- ¿Cree acaso que nos podrían estar espiando?
- Es lo que yo haría, y debo cerciorarme de que no sea lo que ellos piensan.
- Igual lo dudo, no me parece que nos vayan a espiar.
- ¿Porque tan seguro?
- Recuerdas que antes de venir acá en el transporte me encontraba leyendo- Andros hizo una pausa para mirara a Jaime quien Asintió, Andros continuo – La verdad no solo leía el informe forense, también leí un perfil psicológico del OSRE sobre los maestros chi, ellos son confiados y tienen fe en sus habilidades propias, podrían con su entrenamiento simplemente escucharnos a distancia – se encogió de hombros al terminar.
Al
terminar estas palabras Jaime dejo la caja a un lado y tomo su arma,
y la reviso – bien si eso es de esa manera quien trate de entrar o
yo descubra haciendo algo así la pasara muy mal –sonrió para si –
efectivamente como usted dijo no tenemos espionaje electrónico.
- Me comentó que usted esta formado en tácticas espaciales Jaime.
- Efectivamente Andros, soy veterano en varias batallas, y formo en el primer pelotón de desembarco en situaciones de control especial.- dijo con una nota de orgullo en su voz.
- ¿Tiene alguna condecoración?
- Si he sido condecorado dos veces con la mención a servicios prestados mas allá del deber.
- Siento que hay algo que no me está diciendo Jaime, ¿Por qué esta acá, y no en el espacio cumpliendo alguna misión?
Jaime
bajo la mirada un momento antes de responder en voz baja:
– se
me ordeno el retirarme por un tiempo de las misiones, según el
Psicologo, si no salía del espacio podría generar un estrés
amplio, que me haría inútil para las misiones, así que se me
asigno la misión de acompañarlo en tierra.
- Bueno no puedo menos que alegrarme por lo que dijo el psicólogo, no lo tome a mal, me doy cuenta que usted es bastante silencioso pero muy efectivo.
- Pero a pesar de esto no dejo de ser curioso Andros – levanto nuevamente la cabeza y le sonrío - me gustaría saber algo de usted.
-Andros
se encogió de hombros – coménteme que desea saber si es posible
le responderé.
- Bueno usted es un Juez de Campo del OSRE de máxima categoría, pues de no ser de esa manera no le abrían asignado esta misión, pues es prioritaria, cuénteme ¿cual es su hoja de servicios?
- Bien Soy un Juez de Campo, graduado de la academia, durante mucho tiempo fui asignado a la observación de especies en el puerto de Alemania, y según parece tuve mucho éxito en mi labor, razón por la que fui promovido como juez de campo y se me asigno a situaciones especiales en Buenos Aires.
- Y porque dice que ¿según parece?
- Pues la verdad Jaime manejo un sistema que ya casi ningún detective maneja, analizo el comportamiento humano de frente, no me fio del análisis a través de aparatos electrónicos, sin dejar atrás la inmensa ventaja que estos nos dan, pero el ver de frente a una persona me permite saber cosas como por ejemplo el que soy su primer trabajo asignado.
Podría
explicarme mejor – Jaime se expreso con los ojos muy abiertos –
lo que usted dijo es totalmente cierto, y no entiendo como lo sabe
Claro
que si Jaime, se lo explicare así, en el momento que usted y yo
hablamos por primera vez note su incomodidad al caminar lo que me
hizo suponer que no llevaba mucho tiempo fuera del espacio, luego
cuando me hablo sobre ser mi amigo o compañero fue un comentario
rebelde como si deseara de una manera contradecir a sus superiores,
y cuando termino de decirme esto sonrío confirmando mi teoría –
Andros fijo la mirada en Jaime- pues tomando en cuenta su hoja de
servicios, era lo mas rebelde que se permitira.
-
es impresionante Andros, y tomando en cuenta eso ¿Ya tiene alguna
respuesta a lo que paso?
- Solo tengo teorías, pero para comprobarlas necesitare su ayuda.
A
la mañana siguiente Andros se levanto y después de comer una ración
de barras proteínicas que le había facilitado el oficial, espero
sentado en su litera hasta que su comunicador neurolingüístico se
activo permitiendo comunicarse:
- Todo está listo Juez Andros – se escucho la voz de Jaime al otro lado.
- Perfecto, muchas gracias- no dijo mas y corto la comunicación.
Se
dirigió donde debía encontrar a Leónidas, cuando ingreso a la
cabaña este se encontraba con la hermana Chia, quien ya parecía
recuperada.
- Vaya eso si que es una rápida recuperación – exclamo sin emoción alguna.
- Los Zen Chí como nosotros – dijo Leónidas – tenemos un amplio control sobre nuestras funciones corporales, es fácil entonces para un buen maestro aliviarse de la enfermedades que atacan nuestro cuerpo, si encuentra en si la voluntad para hacerlo – esto ultimo había sonado a replica.
- La verdad creo que mi mente me estaba impidiendo recuperarme- continuo Chia, a modo de disculpa- creo que la partida del maestro me produjo una gran tristeza.
Andros
asintió – es lógico- volteo a mirar a la puerta antes de decir:
-hace un buen día por qué no salimos a caminar –
Leónidas
y Chia salieron junto a Andros quien estuvo con las manos en los
bolsillos y callado un momento, luego suspiro
Hermana
Chia ¿enveneno usted a Bochica? - Esta pregunta tomo por sorpresa a
Chia quien respondió
¡No,
como se le ocurre yo jamás haría eso! – Leónidas en silencio
observaba lo que había acabado de ocurrir sin decir palabra
- Esta bien – Andros levanto la mano – le creo, es mas se que usted jamás hubiera asesinado a Bochica, pero tengo otra pregunta ¿Qué hacia usted con él la noche en que murió?
La
hermana Chia bajo un poco la mirada y se vio la punta de los dedos
-
le hacia un masaje, como todas las noches cuando el se iba a
descansar- al terminar esta frase se sonrojo un poco - era un ritual
que solo conocíamos Bochica, Leónidas y yo.
- ¿Y después del masaje que hacia?
- Lo dejaba en la cabaña antes de salir a entrenar, pero esa noche estaba algo cansada así que practique muy poco antes de ir a dormir.
- Entiendo.
Siguieron
caminando en silencio hasta que Andros volvió a hablar nuevamente
por
que fue que lo hizo Leónidas, no entiendo ¿el porqué asesino a su
maestro?
Leónidas
volteo a mirar a Andros – ¿que es lo que dice?, acaso insinúa…
- La verdad no insinuó – interrumpió- ¡aseguro!, al principio dudaba pero todo comenzó a encajar, La primera sospecha la tuve cuando me dijo que nadie podría derrotar al maestro Bochica en un combate cuerpo a cuerpo y luego decidió acompañarme ante la Hermana Chia, hasta el momento no había bajado a recibirme y todo lo hacía por medio de encargos, entonces por que esto era diferente ¿porque me acompañaba?, la repuesta fue simple, necesitaba saber de antemano que podían decirme.
- No pudo ser simplemente porque era educado o no le permitirían entrar solo- dijo Leónidas en un tono de voz algo chocante.
- No, eso no pudo ser, empezando que si no me permitían entrar entonces era porque su enfermedad requería cuidado o por respeto hacia la enferma, pero usted obvio eso y discutió con quien la cuidaba para poder entrar, y la educación queda descartada pues ahora no lo invite a salir y aun así se unió a nosotros; mi segunda pista fue el que usted se agachara y recogiera el frasco de las manos de la hermana Chia, a pesar de sus frases de cariño su principal esfuerzo no fue hacia ella sino a quitarle el frasco, apuesto mi placa a que dicho frasco era el extracto de hojas con el que la hermana Chia masajeaba al maestro Bochica todas las noches – Chia con los ojos muy abiertos solo movió la cabeza de arriba hacia abajo confirmando esto – de manera que esto fue lo que paso Leónidas, usted conocía el masaje nocturno que Chia le daba al maestro como ya sabemos, entonces aprovechándose de esto usted mezclo en el frasco un veneno ligero y relajante que en pequeñas dosis no hiciera daño, además de ser indetectable y del tipo que un maestro en estado consiente hubiera podido rechazar fácilmente, luego aprovecharía usted la situación de que este liquido combinado con el veneno entraría por todos los poros del cuerpo del maestro Bochica, y posteriormente le relajaría, situación que él no vería extraña y pensaría que era obra del masaje proporcionado induciéndolo lentamente a una relajación muscular completa y poco después a un paro cardiaco, matándolo de esta forma, sin que nadie sospechara pues sabía que la hermana Chia saldría a entrenar librando parte del veneno de sus manos y solo quedaría ligeramente enferma, nada grave para una adepto físico de su experiencia y que se podría culpar de dicha enfermedad a un dolor producido más por la pérdida de su amor que por otra cosa.
Chia
no hablaba, y en sus ojos se notaba la lucha interior contra la ira
que le embargaba contra Leónidas y la confusión sobre los hechos
narrados y aegurados por el detective
- Su “teoría”- dijo Leónidas- tiene una falla grave Juez, y es que carece usted de pruebas para acusarme, solo ideas lanzadas al aire.
- No totalmente – sonrió Andros – cuando entramos a la cabaña de Chia me tome la libertad de llevarme un pañuelo el cual olía igual que el frasco, anoche mientras hablaba con el oficial Kang, comencé a sentir un picor en mis dedos y mano, picor que termino durmiéndome entera la mano y del que todavía me veo afectado, lo cual se tradujo en que mis manos se durmieron, con esta pequeña confirmación envié a Jaime al laboratorio en Bogota y le hice analizar el pañuelo, razón por la cual el no paso la noche acá, y esta mañana me llegaron los resultados los cuales confirman mi “teoría” el maestro Bochica fue envenenado por usted, y estoy seguro que cuando revisen su cabaña al igual que el frasco encontraran rastros del veneno del pañuelo.
Al
terminar de decir estas palabras Leónidas rápidamente golpeo a
Andros contra el pecho lanzándolo hacia atrás antes de voltearse
para huir, Andros con la mano dormida no pudo reaccionar a tiempo
para evitar este golpe, así que solo trato de esperar que su cuerpo
cayera bien y que Jaime cumpliera con su parte, al tiempo que
Leónidas daba la vuelta, un disparo de plasma le atravesaba la
pierna que tenia de base haciéndolo caer al piso, Andros estaba en
el piso mas sorprendido que lastimado viendo a un Leónidas adolorido
sujetarse la pierna
– se
me había olvidado comentarle Leónidas que con los resultados llego
el oficial Jaime Kang, quien desde esta mañana antes del amanecer
se ubico entre la montaña con un rifle de mira telescópica y le ha
estado apuntando para evitar usted me hiciera una locura, ya deben
llegar los de laboratorio y están subiendo al templo los oficiales
del OSRE que le acompañaran a prisión, se merece la pena que le
puedan imponer pues usted se aprovecho de la manera casta en que se
amaban Bochica y Chia y uso ese amor para la muerte, solo lamento
que Jaime no pueda dispararle en la cabeza.
Cuando
volvían en el carro, Jaime miraba a Andros mirar por la ventana
– no
lo entiendo - murmuraba - todavía no lo entiendo, cual era el
motivo de Leónidas.
- Creo Andros que en eso le puedo ayudar yo, pero solo si me responde una pregunta a mi.
- Muy bien pregúnteme – dijo Andros intrigado sin ocultar su interes.
- ¿Cómo supo que Bochica y Chia estaban enamorados?
- Fue un poco de muchas cosas, lo primero que ella lo siguió desde el principio, lo segundo que ella le diera un masaje cada noche y la mas importante el borde del pañuelo que analizaste decía B y C , osea..
- Bochica y Chia – dijo un Jaime alegre de haber entendido eso- entonces ahora le explicare yo el motivo, usted sabe ¿Quién fue Leónidas?
- Si un rey Espartano.
- Mas que eso, fue un guerrero, un soldado, el nombre de Leónidas no era un nombre apropiado para un lugar de paz, y aun así, esa era la enseñanza que rescataba este maestro, el Leónidas original se crio en un pueblo donde desde niños les enseñaban la guerra no la paz, así que para entender al Leónidas actual se debe entender a un soldado y es frustrante para cualquier soldado entrenarse toda la vida y prepararse para algo que jamás va a pasar, el necesitaba ser general y formar parte de una guerra, creo que planeaba atacar a algunas facciones de los Zen Chi una vez afianzara su poder en Iguaque.
- Entonces me dice oficial que ¿todo esto fue solo porque él se encontraba aburrido y quería hacer la guerra?
- No totalmente, no es que estuviera aburrido, solo que el ejemplo de enseñanza que tomo del pasado solo conoció la guerra y la calma para hacer guerra, muriendo como héroe en medio de una guerra, en otras palabras él se guio por el código espartano, y si me fije bien parece que esta tendencia de los Zen Chi se atan al nombre
Andros
entendió entonces al fin todo lo que había pasado
-
asi que finalmente todo fue un asunto de soldados.
No
Andros, todo fue un asunto de Espartanos.
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