jueves, 16 de diciembre de 2010

La ciencia loca

Pavel Lagutin 2007 CG Society ©

Los valores estaban trastocados a tal nivel que el alguna vez juicioso hombre de ciencia poco le importaba lo que sucedía afuera y dedico sus esfuerzos para sí mismo en vez de sus semejantes y empezó a cumplir sus caprichos. Empleo la ingeniería genética, la biotecnología y la nanorobótica para si. Poco le importaba si en África o en Suramérica sus descubrimientos eran vitales y útiles, les importaba cuanto era su valor en la bolsa, la oferta de las multinacionales o su utilidad personal en último caso…
Las quimeras y seres ya extintos empezaron a tomar vida en los laboratorios, los virus y enfermedades con fines bélicos empezaron a dispersarse y las inteligencias artificiales con sus extremidades robóticas usadas como esclavos se salían de control, convirtiendo al científico en el cuarto jinete del Apocalipsis televisado en vivo y en directo y con toneladas de comerciales.
Ellos tenían la cura, el sedante y el programa de apagado pero lo vieron como su seguro de vida y no lo ofrecieron como solución.

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